martes, 9 de febrero de 2010

Juego de palabras cinelibertarias 1

Amando la palabra Cine by picoscar




Amando la palabra "Cine"
Por Picóscar
Una mejor concepción del cine para asumir el nuevo libre albedrío audiovisual.



"Cine" se ha convertido en una de las palabras en las que más reflexiono. He dicho que amo el cine, que es mi pasión y mi vocación. ¿Pero en realidad que es aquello que amo? No todos los conceptos que se manejan con esta palabra me son dignos de amar.
Mi pensamiento ya no es compatible con expresiones como: "vamos al cine", "el cine es el negocio del entretenimiento", "filmaremos con esa cámara de cine", "eso no es cine es un documental", "no es un festival de cine es de cortometrajes", "veremos el mundial en formato cine" y muchas otras frases cotidianas, así como la dicotomía entre "cine y video" o "cine y televisión" (evidentemente en video se hace cine; la televisión es un medio donde se también se exhibe el cine).
Creo que replantear el uso del lenguaje verbal es pertinente y necesario para liberar al arte audiovisual o por lo menos redefinir sus límites. Un acto de amor por la palabra "cine" y su verdadera connotación.
Planteo las siguientes 7 propuestas con el ánimo de provocar la reflexión y la discusión.


1era propuesta: El cine es el arte audiovisual.
El cine es una de las artes. Busca la armonización de sonidos e imágenes a través del tiempo, integrando todas las artes, ciencias y disciplinas humanas. Únicamente un producto audiovisual que logra trascenderse, sublimarse e inmortalizarse artísticamente es una obra cine.
No voy a definir absolutamente con palabras lo que es "arte". Es una discusión sin solución. Sólo diré poéticamente que el arte ama la vida.
Hoy confieso que sólo puedo saber si un producto audiovisual es artístico mediante la intuición, no puedo aún intelectualizar totalmente el concepto de arte. Mejor remitirse a leer lo que han dicho personas como Arnheim, Buñuel, Jodorowsky, Tarkovski, Pasolini, Ritchter y muchos otros teóricos y/o cineastas. No puedo evitar ser idealista y subjetivo con lo que es arte, pero si una persona proclama que su obra es de arte sólo me queda considerar y respetar la idea.
Es evidente que si una persona se asume como un posible artista audiovisual (cineasta) y no un realizador audiovisual más, sus visiones y misiones son distintas. Pueden llegar a interceptarse pero muchas veces por casualidad. Creo que gran parte de lo que hace de una expresión algo artístico, es su previa intención o propósito. Hay dos dimensiones de intensiones: las personales y las colectivas. No se puede desconocer ni negar que el individuo creador siente sus motivaciones y sus propósitos desde adentro, desde su intimidad, pero también debe ser consciente que lo que recibe de su interior y de la realidad para transformarlo creativamente es para entregarlo al mundo; si se hace sólo para si mismo es un acto narcisista e inerte. El artista debe equilibrar sus intereses personales con los de su sociedad, llegar a disolver el yo personal en el yo colectivo. Rápidamente me llega la palabra responsabilidad. Reconociendo el valor y el poder del arte se debe asumir con responsabilidad social. Todo producto audiovisual que atente contra la vida no llegará a ser cine.
Teniendo el horizonte claro, siguiendo la premisa fundamental que afirma que el cine es estrictamente el arte audiovisual, se excluye un gran número de lo que se produce, pero también incluye obras que antes no podrían ser consideradas cine. Esta idea es el sustento o el eje para las demás propuestas.

2da propuesta: El cine es múltiple.
No hay un solo cine, hay muchos cines. El arte audiovisual no es una única categoría, no es un género. Cada obra cine podría ser tan distinta como cada autor. Hay cine de ficción, documental, no narrativo, hecho en película o video, o animado, dibujado, fotografiado, sin sonido sincronizado o sonorizado, etc. Hay que vivir su multiplicidad.
En el imaginario colectivo es fácil comprobar que las personas comunes relacionan al cine con aquellos audiovisuales de larga duración, de ficción, hechos para verse en sala oscura y luego en televisión, casi siempre de origen hollywoodense. Hay una discriminación extraña contra los documentales, los cortometrajes, el cine hecho en video, el cine experimental, el no narrativo, el videoclip, el interactivo y muchas otras posibilidades del arte audiovisual, sólo porque no se ajustan con la dinámica industrial. Eso repercute seriamente en su creación y su exhibición, hay quienes afirman que si no es rentable no sirve y no debería existir ni mostrarse.
Todos los países del mundo tienen su cultura del cine. Según la UIS (instituto de estadísticas de la Unesco), la india sigue siendo el mayor productor de cine (1091 largometrajes en 2006) pero Nigeria se le acerca (872 en 2006), quitándole el segundo puesto a Estados Unidos (485 en 2006), que de todas formas lidera radicalmente la exhibición mundial. Nombro estos datos curiosos que nos ponen a pensar, sin embargo es una estadística dudosa, ya que se atreve a ignorar la existencia de producción de cine colombiano, argentino, ecuatoriano, venezolano, boliviano y de muchas otras partes del mundo por no tener un registro económico comprobable.
¿Cuál es el cine de género? ¿Drama, comedia, acción, aventura, terror, misterio, melodramático, rosa, suspenso, fantasía, histórico, policiaco, ciencia ficción, gore, clase b y z? ¿Y lo inclasificable? Hay películas cómicas con las que he llorado inconsolablemente, hay dramas que me han traumatizado y aterrorizado, hay películas eróticas que me hacen reír. Más allá de los géneros que funcionan en la práctica industrial, considero primero que un audiovisual puede ser en si un género o un híbrido de géneros, segundo que definir absolutamente el género de una obra de cine verdadero no se puede hacer tan fácilmente. Es negativo cuando se le impone a los audiovisuales una estética y un contenido uniforme.
El dilema fundamental de la teoría del cine es una paradoja: la delgada línea entre la realidad y la ficción audiovisual es irreconocible colectivamente. Todos los documentales ficcionan la realidad de alguna forma y todas las ficciones también documentan. Por otro lado el llamado "cine arte" es una redundancia (ver primera propuesta). Todo el cine es de autor o de autores (cuando las maquinas hagan obras por su propia voluntad esto cambiará). Todo el cine es dependiente, hay uno que depende poco de la industria otro que no podría existir por fuera de ella.
¿Cuales serán las nuevas formas del cine? ¿Inmersivo, multisensorial, cerebral? Hay quienes creen que el cine ha muerto, yo creo que el cine está mutando y se transforma todo el tiempo. Es nuestra misión buscar estas nuevas formas del cine y no limitarnos a las que conocemos.
Independiente de cualquier clasificación, todo el cine debe existir: el de ellos, el tuyo, el mío, el nuestro.


3ra propuesta: El cine sólo existe si se crea.
Como todo lo que existe fue creado. Si no hay vida, energía y materia no hay cine. Sin creatividad no hay arte.
Para que el cine exista, alguien tiene que concebir, recibir y trabajar las ideas, luego hay que lograr provocar, capturar, dibujar, diseñar o seleccionar las imágenes y sonidos que se necesiten. Después organizar ese material audiovisual y por último mostrar la obra. Cómo se hace cada una de estas fases, es tan relativo como el autor o los autores de la obra.
Las ideas e historias están en todas partes. La realidad nos ofrece capturarla, nuestra memoria está llena de imágenes y sonidos representables, nuestra imaginación y nuestro mundo onírico pueden configurarse de infinitas posibilidades audiovisuales. Todos los caminos que nos lleven a la creación del cine verdadero son válidos.
Estructurar estas ideas o signos audiovisuales se puede hacer de forma escrita (sin nunca olvidar el cine espontaneo o contemplativo). El guión ha sido una buena herramienta para imaginar y planear la obra de cine, pero no es la única forma de hacerlo. Podríamos inventarnos nuestras propias metodologías para guiarnos, algo más visuales y sonoras que un texto, como bocetos dibujados, fotografiados o grabados. Lo importante es lograr comunicar al equipo de realización todo lo que se quiere plasmar en la pantalla y los parlantes.
Para memorizar o crear imágenes y sonidos podemos usar cámaras y micrófonos de cualquier tipo, pero también se puede prescindir de ello. Podemos crear mundos y personajes bidimensionales o tridimensionales y animarlos. Podemos sintetizar sonidos y modificarlos. También podemos usar audiovisuales preexistentes (si tenemos lo derechos para hacerlo). Podemos editar u organizar todo el material audiovisual de la forma que creamos conveniente, lineal, elíptica, experimental o no narrativamente, etc.
Todo esto puede hacerse intuitivamente, ya que todos contamos con la percepción (excepto ciegos y sordos, aunque existan cineastas con estas discapacidades) y la imaginación audiovisual, con nuestros recuerdos y nuestros sueños. Esto lo comprobé personalmente realizando experimentos audiovisuales sin tener mayor conocimiento, jugando y aprendiendo por cuenta propia como lo hacen muchas personas. Experiencias de cine comunitario y personal lo demuestran, el cine infantil pedagógico es prueba contundente de la capacidad y libertad creativa natural de los niños. La obra "Bandoleros" concebida, dirigida, producida y actuada por Erlin Salgado, hecha y estrenada en Cartagena en el 2006 por iniciativa personal y sin conocimientos profesionales, es uno de los muchos ejemplos de la intuición audiovisual humana .
Pero más allá es muy necesario aprender muchas cosas también y lograr ser conscientes del lenguaje y la expresión audiovisual, reconociendo todos los recursos disponibles para hacer cine. Conocer tanto la importante parte técnica y práctica (la cinematografía, diseño sonoro, iluminación, efectos especiales, producción, etc.), como la esencial parte expresiva propia del cine (su estética, lenguaje, narrativa) y también por lo menos ser sensibles a las otras artes (música, arte plástico, arte dramático, literatura). En realidad todo lo que sepa y viva una persona es importante para su educación audiovisual, todas las disciplinas y profesiones humanas pueden ser parte de la creación del cine (carpintería, antropología, ingeniería, culinaria, psicología, etc.).
La educación para la creación audiovisual no debería ser tiránica ni absolutista, sino de sensibilización y aprendizaje holístico. Que cada cual encuentre qué quiere hacer y cómo hacer su obra. Cuestiono las metodologías educativas de escuelas audiovisuales descontextualizadas del presente y aisladas del arte; el negocio de la mala academia es insuficiente y muy contraproducente.
Vivimos un momento coyuntural. El llamado es a que todos seamos cineastas porque la creación audiovisual cada día es más accesible. Así como se reconoció la importancia de la alfabetización humana, debería considerarse la educación audiovisual como otra prioridad en el mundo actual. Hay un nuevo libre albedrío audiovisual gestándose gracias a las nuevas tecnologías.
Pero todo esto que expongo sobre la creación no tiene sentido sin el último y determinante momento en el cual nace el cine. Es cada instante en el cual el arte audiovisual es percibido y sentido por un ser humano.


4ta propuesta: El cine sólo vive si se admira.
Ver y escuchar cine es su razón más básica de ser. El acto final de la realización del cine es el momento en el que se irradia su energía luminosa y sonora, a las personas que son estimuladas sensorial, emocional e intelectualmente por la obra. Admiración en este caso no se refiere al nivel de gusto que produce la obra, sino a observar y contemplar algo voluntariamente y con atención. El último paso creativo del cine lo realiza el espectador.
Si una obra no se comparte se pierde. Cuando una película deja de distribuirse empieza a agonizar y cuando deja de exhibirse para siempre, ha fallecido. ¿Merecen todos los productos audiovisuales ser resucitados e inmortalizados? Seguramente no todos. El cine debería, pero la prueba del tiempo es la más difícil, muchas veces una obra importante muere porque todas sus copias desaparecen y la mayoría porque yacen en archivos totalmente olvidados. Un cd, vhs o dvd que no se reproduce es únicamente plástico; un libro que no se lee es sólo papel; un filme que no se ve es como celuloide velado; una pintura que no se observa equivale a un lienzo en blanco; un archivo de video digital que no se ve es sólo código binario; una cinemateca o biblioteca es un edificio cualquiera si no aspiro a conocer su contenido.
Es evidente que una vida humana no dura suficiente tiempo para conocer todo el cine que existe y existirá. Le corresponde a cada persona elegir que quiere o no admirar en su vida. La forma en que se afronta esta libertad de elección varía mucho de acuerdo a cada persona. Muchos que no han reconocido la importancia de la comunicación audiovisual son fácilmente manipulables, son libres de que otros tomen la decisión por ellos y así sólo reciben lo que ofrecen los medios masivos. Hay otros radicales que deciden no vivir lo audiovisual. Hay otros que reconocen que es mejor no perder el tiempo y sólo buscan aquello que puede ser enriquecedor y educativo. Hay otros muy curiosos e incluso obsesivos que no se quieren perder ninguna obra audiovisual importante, clásica o actual.
Son varios los factores que determinan la actitud frente a la admiración audiovisual, como la personalidad, la vocación, el contexto cultural, pero quiero tratar uno de los más importantes: la educación. Una buena educación respecto al tema audiovisual nos hace más conscientes de las intenciones de los productos que los medios nos ofrecen, pudiendo discernir entre qué está hecho sólo para inducir a comprar o qué está hecho para distorsionar la realidad, entre qué es pedagógico y qué es inmoral, entre qué nos ayuda a vivir mejor y que nos aliena el corazón y la mente, entre un audiovisual artístico y uno que no es cine. También y muy importante es que reconocemos que hay vida audiovisual más allá de los medios monopolizados y que podemos elegir otras posibilidades más allá de lo que sale en la televisión o las salas comerciales privadas.
Insisto. Todos los países del mundo tienen su cultura del cine. Hollywood hace poco cine. La empresa Cine Colombia casi no ofrece obras de arte, ni tampoco está a favor del cine colombiano, ni siquiera del de otros orígenes (un secreto a gritos). El problema del monopolio lo sufren todos los países del mundo, los europeos, los africanos, lo asiáticos, los latinoamericanos, incluso los mismos estadounidenses. ¿Cuantas obras africanas hemos visto? ¿Por qué no conocemos el cine de nuestros países hermanos? No es porque no exista, es porque no funciona bien la dinámica de admiración audiovisual.
Tenemos que aprender a vernos más a nosotros mismos. Es absurdo que no nos conozcamos y sigamos consumiendo los mismos audiovisuales hechos por los mismos. Debería ser una prioridad el admirar la historia del cine colombiano y ver lo que estamos haciendo actualmente a nivel industrial y académico. Tenemos que aprender a no cometer los mismos errores y a encontrar nuestro lenguaje propio. Propongo que también es necesario reconocer el panorama latinoamericano y consolidar un circuito real y activo en el que los demás países del continente nos vean y que podemos verlos. Aún no entiendo porque es tan difícil esta integración, siendo tan benéfica artística e industrialmente.


5ta propuesta: a) El cine no sólo es un negocio. b) El cine no sólo entretiene.
Hay que reconocer que el cine nació y se ha mantenido gracias a la industria, pero más allá existe para ayudar a la humanidad. También hay que aceptar y afrontar que vivimos en un sistema económico capitalista, con sus aspectos buenos y malos. Todas las profesiones pueden ser asumidas de forma positiva o negativa para la sociedad; siempre habrá aquel que haga el trabajo sucio en la ciencia, la educación, la política, la salud, la cultura, etc. Creo que en el ámbito audiovisual, como en toda profesión, si se le da prioridad al interés económico, fácilmente actuamos en contra de la vida. Tristemente este mundo se ha configurado para que los mejores negocios sean los destructivos (la guerra, el narcotráfico legal e ilegal, la ignorancia y la enfermedad, etc.). Como ya lo dije, creo que el arte consciente supone una responsabilidad social. La primera perversa ingenuidad del autor audiovisual es creer que el cine solamente es un negocio.
No hay que olvidar que los creadores audiovisuales tenemos que sobrevivir de nuestro trabajo. La estabilidad material es esencial, sin llegar al enriquecimiento desmedido y egoísta o a morir de hambre haciendo cine. Además necesitamos tener una estabilidad emocional, intelectual y creativa, lo cual se logra en gran parte trabajando dignamente, haciendo aquello que nos gusta y ganando lo que merecemos. Ser un empleado de la maquinaria de producción audiovisual, actualmente atenta contra nuestros sueños. Tenemos que hallar la forma de hacer el negocio benéfico sin convertirnos en esclavos.
Muchos al creerse astutos llegan a desconocer otras dimensiones de la comunicación audiovisual y trabajan únicamente para hacer productos rentables a costa de cualquier cosa. El círculo vicioso audiovisual continúa gracias a esta actitud; los realizadores audiovisuales hacen productos que satisfacen los instintos más básicos de los subestimados espectadores que han sido educados y acostumbrados a la diversión vacía y efímera, para que consuman aquello que ya conocen y así mantener estable el negocio. Esta supuesta estabilidad se rebate todo el tiempo, ya que no se puede asegurar el éxito de un audiovisual sólo por estar acomodado a lo comercial.
La segunda maligna ingenuidad del autor audiovisual y la primera ignorancia irresponsable del receptor audiovisual, es creer que el cine sólo entretiene. Todo producto audiovisual educa de alguna forma. Creo que el objetivo de un audiovisual no debería ser únicamente el hacer pasar un buen rato, siento que eso nos lo quieren hacer creer aquellos que tienen el poder de los medios, los cuales nos transmiten sus ideologías, nos conquistan culturalmente, nos meten ideas consumistas, nos limitan el pensamiento, nos mal informan, nos confunden y enajenan, nos sugestionan para amar y odiar aquello que les conviene. No podemos comer tan entero aquello que nos emociona, excita, o hace reír.
Admirar cine puede ser considerado una acción ociosa, de esparcimiento, pero también puede llegar a ser un trabajo y una acción pedagógica. El arte nos hace la vida más llevadera, el encuentro personal con algo artístico que nos mueve nuestras emociones y pensamientos es un instante gozoso, alegre y muy espiritual, que sucede sólo si lo buscamos. Para mi ver cine es aceptar un juego riesgoso, ya que puede ser una experiencia desagradable si no me logro encontrar positivamente con la obra y/o producto, puede ser una experiencia neutral cuando da lo mismo ver o no el audiovisual o también puede ser una vivencia sublime que me cambie la vida para bien, cuando logro acercarme a la verdad mediante el cine. La búsqueda de esta ideal experiencia deber ser un camino voluntario, sosegado y emocionante, nunca un proceso tortuoso, obligado, triste o aburrido.

6ta propuesta: El cine no es un lugar.
No vamos al cine, lo vivimos. El cine se puede apreciar de muchas formas y no en un único ritual. No depende de un lugar configurado para un sólo tipo de espectáculo. Mucho menos el cine es aquel lugar.
En la sala oscura donde muchas personas simultáneamente admiran una pantalla gigante y un sonido tridimensional no siempre se ofrece cine. Me da la impresión de que cada vez menos, aunque quiero ser optimista en el futuro. Seguramente es una muy buena forma para ver cine pero ya no es la ideal, primero porque las mejores salas ofrecen mayormente productos no artísticos, segundo por que muchas veces los asistentes a las salas deterioran la experiencia.
He visto más cine en televisor y en computador que en las pantallas privadas de las salas oscuras colectivas. Si quiero admirar cine con más personas prefiero hacerlo en un cineclub o en una casa. No tengo tanto dinero ni tiempo para perder en aquellos lugares. De todas formas siempre estoy solo al admirar cine, sin importar que alguien me acompañe. La experiencia del cine es ante todo individual aunque luego se haga social. Requiere de la voluntad personal más que de otras configuraciones externas. Puedo pagar la entrada de una sala comercial solamente para besar a mi pareja o para comer maíz pira con perro caliente y soda, ignorando la película. Hay muchos que se han conmovido con los cortometrajes que compartimos en nuestras sesiones Cinelibertarias al aire libre, muchos ven audiovisuales en la incomodidad de un bus intermunicipal o en un avión. Todo depende de la atención y la concentración que le preste el espectador.
Todos los medios de exhibición y recepción audiovisual son medios para el cine. La televisión y el internet son medios donde el arte audiovisual es accesible, así como las pantallas minúsculas de los celulares y otros dispositivos de reproducción de video portátiles son ya un medio audiovisual aprovechable para el arte.
Creo que muchos han limitado al cine al rito de la sala oscura por tradición y romanticismo, sin reconocer que otras cosas están sucediendo en el presente y pasarán en el futuro. Si se trata de seguir un ritual entonces deberíamos configurarlo de otras maneras y jugar con los prerrequisitos de admiración. Además de que sea necesario un auditorio, tener una gran pantalla y apagar las luces, también podríamos pensar en muchas otras condiciones para la obra como que todas las personas estén ebrias o estar acompañado de un enemigo o taparse el ojo derecho o estar alegre, triste o tener algún estado de ánimo determinado, etc. No se si ya exceda mis libertades con el cine pero me encantaría jugar enriqueciendo la experiencia audiovisual de esta manera.


7ma propuesta: El cine no es una tecnología
El cine no es una determinada tecnología, no es un formato único. Los aparatos que permiten crear y admirar el cine son importantes pero no lo esencial. Es el autor con una actitud artística el que hace cine con las herramientas que tenga a su disposición.
El arte audiovisual se puede hacer sin cámaras o con aquellas de película o video; todas las cámaras son potencialmente de cine. Como ya recordé, también se puede apreciar en un televisor, un videobeam o un teléfono celular. Se puede montar en las antiguas moviolas o en un programa básico de edición por computador. Podemos usar micrófonos y parlantes envolventes, también podríamos sonorizar en vivo o simplemente no sonorizar.
Tener la capacidad de comprar y trabajar en celuloide no es automáticamente hacer cine. Tampoco es exclusivamente un audiovisual que se hace para exhibir en pantalla gigante, mucho menos es una proporción ancha del encuadre, ni una resolución o definición específica.
Una persona no es artista plástica así cuente con los mejores pinceles, pigmentos y lienzos, si no domina la técnica, el lenguaje y la estética pictórica. Lo mismo alguien que tiene los mejores instrumentos musicales no es automáticamente un gran músico. Un literato o poeta escribe con lo que tenga a disposición, un lapicero, una máquina de escribir, tiza o su memoria. Cierto es que ahora tenemos cámaras y grabadoras hasta en teléfonos, pero de igual manera no todos los que las tengan son cineastas. La herramienta no hace al artista.
Soy muy optimista gracias a las nuevas tecnologías. Se vive ahora lo que llaman una democratización audiovisual. El cine futuro será cada vez más personal, íntimo y asumible por cualquiera que tenga la actitud noble de expresar ideas y emociones. El nuevo arte audiovisual estará libre de élites y discriminaciones socioeconómicas.


Reconozco que algunas de las ideas que expongo son demasiado pretenciosas, son convicciones que vienen de mi corazón y mi pasión, no las formulo como absolutas ni radicales, solamente con el ánimo de que sean consideradas, discutidas, criticadas y rebatidas.


Picóscar

Oscar Fabián Pico Rangel

www.picoscar.com

Enero 01 de 2010




Amando la palabra "Cine" by
Picóscar is licensed under a
Creative Commons Attribution-Noncommercial-Share Alike 2.5 Colombia License.